Algunos aprendizajes que cosechamos en las consultorías.

Por: Pato Gianella

09/23/2021

Algo que nos dejó la virtualidad instaurada por el 2020 es la posibilidad de acompañar a emprendedores y a empresas sin que la distancia geográfica sea un desafío a sortear. Por eso, desde el año pasado brindamos varios procesos de consultorías para acompañar a quienes se proponen generar impacto desde sus negocios. 

Algunas estaban recién empezando, otras nos consultaron después de varios años de operar en el mercado. Y como nos pasa con todo lo que hacemos en Njambre, este programa nos planteó desafíos y nos heredó aprendizajes que nos potencian y nos ayudan a mejorar nuestra propia experiencia de emprender y seguir acompañando a otros a hacer lo mismo. 

Estos son algunos aprendizajes que nos plantearon las consultorías: 

  • Descubrir un propósito genuino. Lo escuchamos por todos lados: definir el propósito de lo que hacemos nos permite sostener la actividad, el paso a paso. Aprendimos que todo proceso de consultoría tiene que desentrañar esa primera pregunta (¿Por qué hacemos lo que hacemos?). Porque para que un equipo pueda hacer frente a los desafíos y a las dificultades que trae el camino de transformar realidades desde los negocios, es primordial tener clara una razón y un sentido genuino.

 

  • Salir a conocer el contexto en el que hace sentido la propuesta. Las empresas que se proponen generar una transformación positiva, pero a veces lo que nosotros proponemos no tiene que ver con lo que el cliente necesita. Aprendimos que tenemos que animarnos a salir de nuestro esquema de pensamiento para encontrarnos con el contexto (y las personas dentro de ese contexto) y entender sus valores, conductas, hábitos). Ampliar la mirada sobre lo que hay, validar nuestros conceptos con otros puntos de vista y cuestionarlos es un proceso fundante a la hora de rediseñar nuestros modelos para generar impacto. 

 

  • Soltar las ideas premeditadas. Un proceso de consultoría es infinitamente más rico cuando tanto el consultor como el consultante nos animamos a soltar nuestros juicios más enquistados y validar lo que el otro trae. Es un proceso de ida y vuelta, que cuestiona y “pincha”, y puede incomodar. A veces, los equipos emprendedores nos armamos un relato sobre qué es lo que hacemos y por qué. Desentrañar ese relato, cuestionarlo y encontrar afirmaciones verdaderas nos va a ayudar a llegar al fondo de la cuestión.

 

  • Contener lo que va pasando. Aprendimos que las consultorías tienen que poder avanzar. Muchas veces, hacernos tantas preguntas nos marea, nos frustra y nos frena. Por eso, proponemos poner foco en lo que nos permita avanzar, lo que nos haga dar pasos. Empezamos a organizar las consultorías por tareas bien específicas y concretas, que el equipo emprendedor va “tildando”. 

 

  • Diseñar resultados observables. Siempre empezamos un proceso de consultoría preguntando cuál es el objetivo que se propone el equipo con ese proceso. Aprendimos que esos objetivos tienen que ser bien concretos y medibles. Si queremos crecer, ¿qué significa? ¿Crecer en empleados? ¿En alcance geográfico? ¿En producción? ¿En ventas? Plantear objetivos medibles nos permitirá entender si el proceso fue productivo. 

Conocer emprendedores de impacto que nos inspiran con sus historias, sus preguntas y sus intenciones es lo que más nos gusta hacer en Njambre. 

Si te gustaría atravesar un proceso de consultoría, ¡escribinos!