Tercer encuentro de MIEL: procesos y comunicación

Por: Milagro Pereyra Iraola

11/21/2019

Para contarles a quienes no pudieron estar, y para que nos quede en la bitácora de las mejores experiencias del año, acá dejamos la crónica de todo lo que pasó en el cierre MIEL. 

Desde Njambre, y junto con el apoyo de Facebook, nos propusimos acompañar la transformación en treinta emprendimientos de impacto en Argentina. Fueron tres meses de mirar con atención los desafíos del mundo actual y maravillarnos con quienes ya están implementando negocios que generan un impacto positivo.

Quisimos brindarles una experiencia que les diera herramientas valiosas, espacios de diálogo, capacitación y reflexión. Finalmente, la semana pasada llegó el último encuentro de este proceso que se llamó MIEL e invitó a madurar el impacto, el emprendimiento y el liderazgo en tres provincias de nuestro país.

La cosa venía así: en el primer encuentro nos conocimos y contamos qué hace cada emprendimiento, hablamos también de los paraqués, es decir, del impacto generado y de cómo profundizar ese impacto en línea con el negocio. En el segundo encuentro nos concentramos en analizar quiénes conforman el engranaje que hace posible cada proyecto y cuáles son sus roles, sus estilos de liderazgo y sus necesidades.

 

 Analizamos los procesos y sus desafíos

Dejamos para el final un ingrediente fundamental: el cómo. Para eso, en el tercer encuentro de MIEL hicimos doble clic en los procesos necesarios para llevar adelante cada emprendimiento.

Creemos que las estrategias se traducen en procesos y esos procesos se reflejan después en el producto o el servicio que sale al mercado. Nuestros procesos son un activo fundamental así que los estuvimos analizando largo y tendido. ¿Cómo son los procesos dentro de nuestro negocio? ¿Qué impacto tienen? ¿Mejoran la rentabilidad? ¿Involucran al consumidor?

Durante el primer día del encuentro, cada equipo se animó a cuestionar uno de sus procesos de impacto fundamentales, aquellos que transforman al brindar una solución a un problema ambiental o social. Las mesas se llenaron de post its en los que cada uno marcaba cada una de las instancias de esa cadena de engranajes y acciones. Durante un rato de intenso debate repasamos dónde empezaba ese proceso, dónde terminaba, dónde se trababa y por qué, quiénes intervienen en cada parte y cómo se puede eficientizar. Entre todos, analizamos ese camino casi en forma milimétrica para detectar sus trabas y plantear soluciones.

 Debatimos sobre cómo comunicar el impacto

Pero nada tiene sentido (ni un equipo ejemplar, ni un impacto profundo y sostenible, ni un proceso de lo más aceitado), si el consumidor no se entera de que existimos. Así que dejamos para el final la frutilla de este postre que ya estaba casi listo: la comunicación del impacto.

El segundo día del encuentro, cada equipo completó un exhaustivo cuestionario sobre sus valores, sus creencias, su misión, sus atributos, su esencia. Y eso se transformó en un flamante manual de marca: el sello distintivo que guía la identidad de cada emprendimiento.

Bajamos todas las ideas a la acción y probamos esa experiencia de marca: cada equipo tuvo que buscar en Internet la marca de un compañero sin utilizar su nombre y, de alguna manera, ponerse en contacto y lograr una compra. Varios equipos se encontraron con sorpresas y nuevos insights en sus procesos de compra y de atención al cliente.

Esta experiencia abrió un debate sobre cuáles son los puntos de contacto entre el usuario y la marca, qué mensajes se están dando y cómo. Analizamos la mejor manera de usar cada canal y reformulamos algunos mensajes que no estaban llegando de manera clara al público.

 Y llegamos al final 

Ya rozando la tardecita final, llegó el cierre de estos meses compartidos en MIEL. Lo que nos llevamos de esta experiencia estuvo presente en la voz de sus protagonistas, que nos compartieron sus balances y sus reflexiones sobre el viaje por MIEL.

Por nuestra parte, fueron muchísimos los aprendizajes que nos llevamos de estos treinta equipos. Muchos de ellos generaron alianzas entre ellos para trabajar juntos y eso es lo que más nos gusta. Sabemos que el camino sigue y que emprender no es para flojitos, pero tenemos la certeza de que el mundo se ve un poco más lindo cuando se lo mira desde la perspectiva de quienes hoy se están embarrando para generar cambios profundos. ¡Gracias por acompañarnos!

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